martes, 30 de octubre de 2012

Bendita ignorancia.

 
 
Ver a los niños jugar, tirando sus coches cuesta abajo y, de repente, desear sentarme con ellos y que me transporten a otro momento, sin dolores de cabeza, sin noches en vela, sin facturas... Solo risas. Solo bendita ignorancia.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario